sábado, 8 de enero de 2011

Insomnio

De pronto, hoy, el insomnio se apodero de el. Sobre su cama a obscuras quiso conciliar el sueño; tratar de satisfacer su necesidad de desconectarse por un momento de la realidad y viajar a mundos fantásticos llenos de persecuciones, amores, encuentros angelicales y alguno que otro Déjà vu, más Morfeo no se asomó. Siempre a obscuras buscó alguna razón para exorcizar la falta de sueño: problemas económicos, pero no ha necesitado del dinero para dormir así que lo descartó; falta de cariño, lo consideró ridículo y sin fundamento alguno así que también desapareció; conflictos existenciales, de inmediato lo descartó y no por ridículo más bien por que siempre los ha tenido; ausencia de su Quijote de muchas travesuras y gran ejemplo, supo que no, el esta volando sobre muchos campos de colores y dando carcajadas y bromas por doquier, Ah su Gallardo héroe esta bien; pero de pronto lo sintió, y es que su cama era más fría que de costumbre...

Ese inanimado objeto exigía abrigo para su cuerpo, las sabanas y frazadas no eran suficientes para cobijar aquel cuerpo semidesnudo que se frotaba con aquellas telas. Tomo un lápiz y papel, quiso plasmar sentimientos y contradicciones pero no supo decidirse por ninguna. De nuevo apago la luz y el cuarto parecía tener un ojo rojo que parpadeaba, el incienso coronaba el ambiente con un místico olor.

Pululo en el pensamiento, espero un tiempo... y volvió a pulular. Se detuvo, creyó que era inoportuno el momento y sintió gritar de nuevo a la cama por cobijo, la cayó de un almohadazo directo en la cabecera: Ya sho... ya te oí... La obscuridad del cuarto le guiñó con su ojo rojo, que coronaba el ambiente, como despidiendo el encuentro.

Con la cama silenciada, volvió a apagar todo de nuevo y le brindo un ojo más a la obscuridad, y fue el quien le guiño a la obscuridad y se despidió de ella. Se canso de esperar a Morfeo y decidió adelantarse, el sabría que iba a estar esperando en la esquina donde se cruzan los destinos.
De pronto, hoy, el insomnio se apodero de mí. Sobre mi cama a obscuras quise conciliar el sueño; tratar de satisfacer mi necesidad de desconectarme por un momento de la realidad y viajar a mundos fantásticos llenos de persecuciones, amores, encuentros angelicales y alguno que otro deja vuh.