sábado, 30 de abril de 2011

Sin alguna

A pasos agigantados creía caminar El Soñador, sentía como si nadie lo pudiera detener. Caminaba y caminaba, subía y subía; meditabundo caminaba y caminaba.

De a poco sombras se esparcían en su camino, ojos de juez, bocas críticas y espantos de antaño. Caminaban a su espalda esperando un tropiezo. Caminaban con gestos egocéntricos, proclamaban "YO" a los cuatro vientos y aun quinto más hacía arriba. Caminaban proclamando "YO".

El Soñador se percató del bullicioso ejercito que deambulaba detrás. El Soñador proclamó su "YO" sin respuesta alguna, proclamó su "YO" sin mirada alguna, proclamó su "YO" sin elogio alguno, proclamó su "YO" sin recuerdo alguno.

El Soñador, caminaba.

jueves, 7 de abril de 2011

A ti..

Ante ti me enseño tal cual soy,
a ti te he dado lunas y soles,
risas y lágrimas, sueños y desilusiones.

A ti, mis suspiros pertenecen,
mi fétido perfume a enamorado.

A ti el moribundo corazón que respira,
bocanadas de aire, que se impregna...

sábado, 19 de febrero de 2011

Solitarias fantasías de compañías ajenas

Cada encuentro era lo mismo: Un cortejo, besos, desnudez en los cuerpos, una ducha, el pago por el rato y de nuevo a la calle a la espera de un nuevo ciclo de ficticio amor.

En su "buen vivir" probó, toco, vio y acompaño a muchos cuerpos; unos esbeltos y bellos que podrían salir en cualquier revista, otros quizá un poco más redondeados y tal vez no tan "apetecibles" (sinceramente, siendo la persona que era, sabía que era cuestión de gustos). Con muchos tenía la idea de haber dado y recibido placer, de haber creado una conexión con la otra persona, pero el dinero hacía que todo fuera plástico y momentáneo, se percato que solo era una máquinita de cumplir fantasías, que jamás había sido buscado por quien era y tampoco nadie le había preguntado si tenía alguna fantasía por cumplir, y aunque no la tenía hubiese querido que le hicieran esa interrogante. Esto le parecía decepcionante, para cualquier persona lo sería.

Un día cualquiera, antes de ir a la calle de siempre, se desnudo en compañía de la soledad y caminaron hacía la ducha; abrió la llave y como de costumbre vio hacia el techo y cerro los ojos, siempre era a ciegas el baño. Sintió la necesidad de examinar su entorno y vio su cuerpo, lo examinó. Pensó si existía alguna fantasía por cumplir y al pasar su mano llena de jabón por su cuerpo, lo deseo; quiso probarse y besarse, hacerse a sí mismo lo que le hacía a cualquier extraño. Vio de nuevo su cuerpo, vio su pene y se cuestionó a que sabor tendría su cuerpo.

sábado, 8 de enero de 2011

Insomnio

De pronto, hoy, el insomnio se apodero de el. Sobre su cama a obscuras quiso conciliar el sueño; tratar de satisfacer su necesidad de desconectarse por un momento de la realidad y viajar a mundos fantásticos llenos de persecuciones, amores, encuentros angelicales y alguno que otro Déjà vu, más Morfeo no se asomó. Siempre a obscuras buscó alguna razón para exorcizar la falta de sueño: problemas económicos, pero no ha necesitado del dinero para dormir así que lo descartó; falta de cariño, lo consideró ridículo y sin fundamento alguno así que también desapareció; conflictos existenciales, de inmediato lo descartó y no por ridículo más bien por que siempre los ha tenido; ausencia de su Quijote de muchas travesuras y gran ejemplo, supo que no, el esta volando sobre muchos campos de colores y dando carcajadas y bromas por doquier, Ah su Gallardo héroe esta bien; pero de pronto lo sintió, y es que su cama era más fría que de costumbre...

Ese inanimado objeto exigía abrigo para su cuerpo, las sabanas y frazadas no eran suficientes para cobijar aquel cuerpo semidesnudo que se frotaba con aquellas telas. Tomo un lápiz y papel, quiso plasmar sentimientos y contradicciones pero no supo decidirse por ninguna. De nuevo apago la luz y el cuarto parecía tener un ojo rojo que parpadeaba, el incienso coronaba el ambiente con un místico olor.

Pululo en el pensamiento, espero un tiempo... y volvió a pulular. Se detuvo, creyó que era inoportuno el momento y sintió gritar de nuevo a la cama por cobijo, la cayó de un almohadazo directo en la cabecera: Ya sho... ya te oí... La obscuridad del cuarto le guiñó con su ojo rojo, que coronaba el ambiente, como despidiendo el encuentro.

Con la cama silenciada, volvió a apagar todo de nuevo y le brindo un ojo más a la obscuridad, y fue el quien le guiño a la obscuridad y se despidió de ella. Se canso de esperar a Morfeo y decidió adelantarse, el sabría que iba a estar esperando en la esquina donde se cruzan los destinos.
De pronto, hoy, el insomnio se apodero de mí. Sobre mi cama a obscuras quise conciliar el sueño; tratar de satisfacer mi necesidad de desconectarme por un momento de la realidad y viajar a mundos fantásticos llenos de persecuciones, amores, encuentros angelicales y alguno que otro deja vuh.