viernes, 30 de abril de 2010

Concierto de KoЯn en Guatemala



(Foto por Fernando Luna)

Domingo 25 de abril. Mi día empezo a eso de las 7 u 8 de la mañana... en teoría, un domingo más, un domingo nada extraordinario; pero la verdad, que dentro de mi empezaba a revivir un sentimiento lleno de adrenalina y emoción, una de las bandas que siempre había soñado ver en vivo se iba a presentar en un concierto que por nada del mundo pretendía perderme.


Llegue a la casa de mi Yaz, y estuve ahí hasta las 2:30... la llamada clave: "Mano, ya voy para alla, nos juntamos en la garita..." mi buen camarada Douglas.

El Estadio del Ejercito esperaba, y al llegar, me puse mi "disfraz"... mi vieja amiga de algodón color negro y serigrafia de fuego tribal veía el escenario en el que tantas veces fuimos testigos de la euforia del rock.

A eso de las 4:30 de la tarde empece a hacer cola con Carlos y Kevin que con 16 años me recordo a mi primer concierto, ahí mismo.... Nos dieron las 6:30 y me desespere, la cola no avanzaba, TOBA tocaba ya adentro del estadio y veía pasar a los de gradas, y no pensaba quedarme afuera: Mucha, -les dije a Carlos y Kevin- no me pienso quedar afuera otra vez..... me van a disculpar pero yo me voy a colar.

Luego de una apretazón, tumultu, y apachurrada sin igual logre con Carlos tener un lugar fijo para entrar. Corrimos como locos al escenario y es indescriptible como ese sentimiento se apodero por completo de mi. Ahí en el escenario estaba E.X.T.I.N.C.I.O.N. y vi como el Orange Budah tomo posesión de todos los que asistimos.

Los chapines se despidieron con 16 malditas y toco el turno de un DJ de Metal que un inicio entretuvo, pero luego, a mi criterio, fue demasiado monótono.

EL tipo este se retiro del escenario y dio paso a una manta enorme con letras blancas que decían KoЯ. El sentimiento se intensifico y entre amontonasones, sudor, machucadas, playeras negras, olor a gas pimienta y el inconfundible, característico e infaltable olor a "mota" recorde el porqué del sentimiento. La música estridente hacía vibrar mi cuerpo de emoción.

Nunca imagine ver de cerca a KoЯn, pero los nuncas llegan... termino el concierto, quizá el mejor de mi vida, o por lo menos, al mejor que he asistido. Mi amiga negra termino creo que dos tallas más grande, mi cédula casí desecha pero todo esto me recordo que en mi, aun vive esa sed de música fuerte, contenido irreberente y ritmo pesado.