jueves, 30 de septiembre de 2010

Hoy despertó

En las noches la soledad desespera... Bersuit Vergabarat-La soledad

Hoy despertó, se sento en la cama pensó, meditó y se dio cuenta... Decidió hacer caso omiso a su descubrimiento y seguir su vida con "normalidad". Tuvo deseos de romper la promesa que le había echo a quien ni siquiera a visto, y que tanto esfuerzo le había costado mantener; la había echo por alguien que ni siquiera sabía si la valoraría en verdad.

Su día transcurrió sin mayor sobresalto, llegó a la oficina; saludo, preparo algún tipo de agua obscura disque para tener algo en el estómago. Se sentó en su lugar, prendió la computadora y luego el ritual de todos los días: ingresar claves, usuarios, claves, usuarios, abrir-cerrar, cortar-pegar, Ctrl+Z, una maldición al aire, claves y usuarios, guardar, lo interrumpe la voz de su compañero al otro lado del cubículo de imitación de madera, se ríe al principio con falsedad, luego la conversación se torna amena y finaliza con una broma sin mayor gracia; cortar-pegar, un mail de alguien "familiar" y lo contesta, llamadas y mensajes se apropian del móvil y de su extensión; la hora de almuerzo hace una tregua en esa guerra campal que se torna masoquista, el dice que le gusta y que lo apasiona, dice que no trabaja que él se desarrolla como "profesional", pero no esta seguro si de lo que dice es totalmente cierto. La batalla continua y termina con una alarma que anuncia la partida, sale 30 minutos luego de que la chicharra se silenció.

Decide ir por un café verdadero, tomó el teléfono y marca el número de la persona que había pensado invitar para que lo acompañe, el cree que es una buena y amena compañía; de un momento a otro decide ir solo. Llega al bar de costumbre, un lugar pequeño un tanto bohemio y un tanto vulgar, un lugar de perfecto equilibrio. Se sienta y ordena un café, fuerte y cargado y por supuesto negro con poco azúcar, pues recuerda las palabras de su padre: "Amarga la vida y amargo el café... aunque sea que medio tenga sabor el café", piensa: "Cuanta razón tiene el viejo, aunque sea esto que medio sepa a algo". Siento el aroma a café y se le antoja de nuevo romper su promesa, pero se no lo hace, dice que tiene fuerza de voluntad y que no fumara.

Da el primer sorbo, y le trae tantos recuerdos justo de ese bar y en el mismo lugar que a su parecer son gratos... Muy extrañamente ve un niño corriendo y perderse entre la gente del lugar, luego despertó de nuevo, se volvió a acordar de su descubrimiento, recordó a la persona responsable de ello y esta vez no pudo hacer caso omiso, el café se amargo a pesar del azúcar, la rabia y enojo hacía si mismo se apodero de el, sabía que el era el responsable de permitir y no hacer nada por detener a esa persona artífice de su situación; se preguntó si lo hacía con plena conciencia o sin querer, si era parte de sus intenciones o simplemente actuaba por impulso; decidió dejar la respuesta al aire y no hostigarse más. Pidió la cuenta y se retiró.

Caminó hacía su apartamento, un lugar ni feo ni bonito, le servía para habitar. Entró casi reptando a la morada, la depresión lo consumió. Se tiró en la cama y volvió a despertar y esta vez no recordó su descubrimiento ni a la persona responsable; no, esta vez no. Despertó y pudo ver un tipo de visión, percibió el remedio que necesitaba su alma y la visión como si fuese el genio de la lampara le mostró 3 caminos: El primero era el que él ya sabía, continuar con su vida y aceptar su realidad y volverse parte de quien era responsable de su situación. La segunda, olvidarse de esa persona responsable; y la tercera la pudo ver, lo dejo perplejo, pues debía tomar una decisión... debía ceder ante el responsable y acabar con su existencia o eliminar a quien lo atormentaba. Estrepitosamente se levanto de la cama, creyó que la tercera era la mejor; un sentimiento nefasto crecía en su interior y con una sonrisa perversa tomo la decisión de extinguir a esa persona... Se acercó y quien iba a convertirse en víctima lo vio con una dulce mirada y le dijo: "¿Por qué no me habías venido a visitar?, estamos en el mismo cuarto y tenía tanto tiempo de no verte... pero sabes, que alegre que te acercaste". Con tan sublime acto, se arrepintió, se arrodilló y le pidió perdón... se echo a llorar como el niño que tenía a su lado que con dulce voz lo consoló diciendo: "Yo nunca te voy a olvidar... no llores". Decidió vivir con su niño interno muy externo.

martes, 21 de septiembre de 2010

Era un jueves cualquiera * Por: Calesadi

Texto por el camarada Calesadi.

Era un jueves como cualquiera… había sido parte del vómito del famoso Transmetro… y de la camioneta “Terminal”… iba cansado… en las prácticas me agarran puro cholero… jajaja, llegué a la casa de mi tía, la encontré hablando por celular (como siempre), la saludé entré a mi cuarto cuando la escuché decir: “Sí, vamos a ir mas tarde con Carlos y Alejandro”… entonces le pregunté: “¿Ir adónde vos?”, “a una reunión…” me dijo… Solo pensé que sería una reunión cualquiera, nada importante pasaría… Gente hablando de cualquier cosa, etc., etc.… Me bañé, me cambié, en eso llegó el esposo de mi tía y nos fuimos… Todo iba perfectamente bien… cuando de pronto… algo inesperado sucedió…

Escuché la voz de un ser… Un ser que hacía que mis piernas temblaran, mis manos sudaran… que hacía que tuviera una sensación de miedo y emoción… Ese ser que podía manejarme a su gusto y antojo… Volteé a ver hacia la izquierda y ví un ser espléndido, con sus ojos color miel, su cabello como solo uno hay en el mundo, sus pequeña estatura que lo hace ver aún mas perfecto… y como supuse al escuchar su voz, era ella… ese ser que hace que cada día de mi vida desde ese jueves tenga un sentido…

PD: A todas las emociones físicas que sentí puedo agregar, las mariposas en el estómago… y aunque me cueste creerlo aún, el sentimiento de estar enamorado…

lunes, 20 de septiembre de 2010

Los "Quisiera" de mi vida

Como quisiera...

Un día, un día de tantos me puse a "querer"; sí, así como se lee, me puse a "querer". Quise tener carro, tener un mejor trabajo, viajar a algún lugar, creer que la inocencia existe y la gente es buena. Pero entre tanto "querer", no era lo quería "querer" en realidad, porqué lo que en realidad "quiero" es:

  • Poder ir a mi propio funeral, ver quienes me lloran, quienes llegan porqué fui buen amigo, quienes llegan por compromiso, quienes por hipocresía y quienes por cargo de conciencia.
  • Salir de mi mundo y entrar a la realidad, o que el mundo entre al mío y no tener más conflictos.
  • Estar hospitalizado y recibir visitas; dicen que los amigos se conocen en el hospital y en la cárcel, pero todavía no he "querido" estar preso.
  • Poder tener una familia, poder ser quien soy y no dejar de serlo a pesar de los años.
  • Tener una máquina del tiempo para vivir de nuevo esos momentos tan únicos y vivir los que deje pasar, volver a decir Te Amo, con mariposas en el estómago y dedicar los que nunca dije, poder verte bailar una vez más.
  • Volver a ser niño para dejar de desear ser grande y vivir mejor y más intensamente mi inocencia.
Para muchos, esto parecerá ridículo, absurdo y hasta incluso inmaduro... pero me importa poco.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Hoy (2da. entrada para vos)

Hoy te he pensado mucho, he pensado como estas, en que lugar te encontras, y que haces... he pensado si pensas en mi y si aun me podes ver, he pensado si recordas y si aun reís como lo hacías acá.

Hoy, me recordé de la última vez que te vi, recorde cuando bajabas a ese hoyo y mi abuelito Tono dijo "Como eras de chillón, hasta hoy chillaste...", y fue la primera vez que vi a nuestro viejito llorar; y mi mamá respondió: "No don Tono, es un huracán, no esta llorando..." y sonrió en medio de tanta tristeza, me pareció cómico, pero no pude reír. Hoy recordé cuando reías y hacías tus muecas, recordé como improvisabas canciones y nos hacías a sonreír a más de alguno.

Hoy, recordé cuando mi abuelito te vio aun respirando, acariciaba tu cabeza y te dijo: "Mijo arriba, vos tenes que salir de aquí, no te dejes vencer, vamos Mijo, ánimo..." y vos con esos tus ojos de loco que tenías lo veías moribundo te limitabas a responder "Si papa... si papa..." que agonía sufriste. Recordé que en una charla con Dios le pedí que nos cambiara de cama, que te regresara a la tuya al lado de mi mamá y que a mi me llevara en tu lugar, recordé que si era de que a alguien se llevara que fuera a mi porqué a vos te necesitaban más acá.

Hoy recordé de las pocas travesuras a tu lado, de cuando fuimos a emborracharnos y nos robamos los letreros del baño del bar, recordé de los partidos de NFL en el comedor que se extendían hasta horas de madrugada, recordé a vos manejando y somatando el vidrio del carro de la tía Sandra, recordé cuando quemabas cuetes para nuestros cumpleaños, recordé a vos regañando a Yaz para que comiera y yo diciendote: Mira no quiere más... y tu respuesta siempre era " Si no estoy preguntando si quiere ". Hoy no pude pensar menos en vos, de echo... el recuerdo es más intenso.

Pero no todo es un buen recuerdo, no papi... duele tu partida, pues hoy, espere poder verte al venir a la casa y saludarte de beso, o encontrarte con tu chaquetin de chef, pues lo eras y uno magnífico, frente a la churrasquera del negocio o sentado tomando café. Hoy me puse a pensar porqué no estas, porqué nos dejaste... recorde a vos agonizando en una cama con cables y aparatos en tu pecho, recordé como preguntaste por mi mamá la última vez, recordé el gran amor que emanaban ustedes dos y el último te amo que le dedicaste, recordé ese jueves que desde temprano se volvió atípico, recordé que desde ese día lloro solo de madrugada y en secreto.

martes, 7 de septiembre de 2010

Sinceramente... no sé que nombre ponerle a esta entrada. Fuiste tan increíble papi que no tengo palabras suficientes para definir lo espectacular que eras; pero te me fuiste, me dejaste, nos dejaste papi.

Me quede con tanto...
Me quede con tanto que preguntarte, con tanto que platicarte... quería sentarme a tu lado y preguntarte tantas cosas, enseñarte tantas más. Me quede con las ganas que me vieras como me remojaban en la pileta así como viste como me trasquilaron en el bautizo.

Soñaba con...
Soñaba con llegar a la casa y decirte: Papi, acompañame a pedir la mano de ella; soñaba con caminar a tu lado y decirte: Vos, vas a ser abuelo... y se que tu respuesta hubiera sido: Puta vos, ya me hiciste viejo... y una lágrima acompañada de una gran sonrisa me darían un abrazo incontenible; soñaba con llegar y que te dijeran: Abuelito.....!!!! y se que hubieras respondido: Que onda enano..........!!!! puchica vos, como estas de grandote, vení dame un beso.

Extraño tanto...
Extraño tanto tus regañadas que solo vos podías dar, extraño tanto el que me dijeras: Y vos que? venis a pija otra vez? Torombolo sos; extraño tanto tus caídas de lucha libre sobre nosotros mientras dormiamos y nos dijeras: correte, me voy acostar con vos un rato; extraño verte con tus camisas manga larga, tus pantalones siempre impecables de lona y tus infaltables botas industriales, verte parado frente a una churrasquera y todos comiendo de tu carne asada que solo vos podías hacer; extraño tanto regresar a la casa y no verte dormitar frente a la televisión; extraño tanto tus gritos, alaridos, y esa sonrisa que le alegraba a cualquiera el día; extraño tus abrazos y tus "Vení acostate conmigo... contame que paso" cuando mis hermanos y yo llegabamos llorando de dolor, tristeza o traición; extraño llegar con vos, enseñarte mis notas y oirte decir: A la gran puta con vos... tan poquito sacaste, ponete las pilas mano... pa que vergas con vos... pero, esta bueno, te felicito; te extraño tanto papi.

Recuerdo cuando...
Recuerdo cuando me diste aquella cueriada que me dejo sin ganas de llorar porqué me habían suspendido una semana del instituto; recuerdo cuando me acompañaste al Rock'ol Vuh y me dijiste en la entrada: Osea que vos pagas la entrada y yo pongo la chupadera. Y salimos los dos rebotando después de tomar Heineken; recuerdo cuando mi mamá se fue a los EE.UU. y nos quedamos Luis, vos y yo y de ahí las idas al puerto, los almuerzos de tacos, las semanas que comimos glutten almuerzo desayuno y cena; recuerdo tus panqueques, puta mano... tus panqueques y tus omelettes, increíbles; recuerdo como bailabas te mirabas como flotar; recuerdo como hacías reír a mi mamá; recuerdo cuando te vi por última vez, parecías tan real, tan vivo, pensé que ibas a moverte, que ibas a despertar... te mirabas tan chilero con ese tacuche, tu camisa y tu corbata y cuando te toque, estabas frío, quise pedir una chamarrita para taparte, para que no tuvieras frío; Papi... te recuerdo tanto.

Esta entrada aun no esta completa... de vos tengo tanto que escribir, tanto que recordar, y tengo tanto que llorarte.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Ayer...

Ayer, ayer te hubiera gustado verme... lo sé.
Fui un "yo" que muy pocos han visto, un "yo" que te gusta.
Vestía aquella camisa que tanto te gusta, un pantalón azul que estaba en una pieza y colocado donde debe ser, no enseñaba para nada el boxer, decente; zapatos limpios, peinado quizá no impecable, pero tuve una tregua con el piene por un día; mi rostro abandonó a esos pocos bellos que decis que pican y molestan; mi cintura era abrazada por una pieza de cuero café, ¿podes creerlo? llevaba cincho; vestía con un ánimo que pocas veces recuerdo haber traido, y una sonrisa de oreja a oreja que me hacía ver como idiota.

Ayer, ayer te hubiera gustado verme... lo sé.
Esperaba con ancias una llamada, un mensaje, una señal de tu precencia a distancia, no llego. La provoque, más bien, la busque... Te oí, mi corazón palpitaba a mil, sentía que se iba a salir del pecho. Pregunte: ¿Te puedo ver hoy? -No.
Pregunte: ¿Me queres ver hoy? -No. El corazón palpitaba de dolor, no entedía que pasaba y yo tampóco. Pregunte: ¿Cuando te voy a ver? -No sé... adiós, tengo que hacer. Tonos intermitentes resonaban en la bocina, y al otro lado un silencio ensordecedor.

Ayer, ayer te hubiera gustado verme... lo sé.
Seguía en mi la camisa que tanto te gusta, o al menos eso me has dicho, el pantalón en una pieza que no dejaba ver el boxer, los zapatos limpios, el peinado quizá no impecable,
mi rostro seguía sin esos pocos bellos que decis que pican y molestan y la pieza de cuero café que me abrazaba permanecía aun; pero me sentía desnudo; el ánimo que pocas veces recuerdo haber traido y la sonrisa de oreja a oreja que me hacía ver como idiota se fueron revoloteando, me abandonaron y a cambio me dejaron un sentimiento de incertidumbre que me hacía sentir mierda.

Ayer, ayer te hubiera gustado verme... lo sé.
A quien miraba y preguntaba el por qué de mi aspecto tan "catrin", que eso no era acostumbrado en mí y que a quien iba a ver, respondía: "Me dieron ganas... no es por nadie que me vestí así".

Ayer, ayer te hubiera gustado verme... lo sé.
Hoy desperte, entre a ducharme, me cambie y me puse mi ropa de diario, un jeans roido, tenis que no estan del todo limpios y una playera, la misma de siempre... me sente a la orilla de la cama y pensé: Ayer, ayer te hubiera gustado verme...